Charles March –pseudónimo de Charles Gordon Lennox- es el actual duque de Richmond, apasionado de autos deportivos, así como responsable de la propiedad Goodwood, en Sussex, en propiedad de su familia desde el Siglo 17.
Hasta aquí todo parece tener sentido.
Ahora agreguemos a Stanley Kubrick (si, precisamente él!) que, en 1974, eligió al joven Charles como fotógrafo de escena para su famosa película Barry Lyndon, y aquí la figura del noble duque de Richmond se vuelve mucho más fascinante.
Quién es Charles March
Su pasión por la fotografía nace, realmente, algunos años antes de la experiencia cinematográfica con Kubrick. El joven Marche, de hecho, desde adolescente, ya había estado en Kenia, Etiopia y Somalia para realizar sus primeros reportajes, gracias también al apoyo de su familia, que apoyaba de buen agrado sus pasiones.
Después de estos primeros experimentos fotográficos y la consagración cinematográfica con Kubrick, la carrera de Charles March despega, pasando por la mayoría de las agencias publicitarias del Reino Unido y las colaboraciones con Vogue Italia y Harpers´s Bazar.
Son años muy intensos, en los cuales Marcha aprende a dirigir campañas publicitarias creativas y sets extremadamente complicados.
En los años 90s su carrera fotográfica se interrumpe por ocupaciones familiares inderogables: March asume la dirección de la propiedad de la familia relanzando también los deportes practicados en el interior, como las carreras de caballos, golf y sobre todo las carreras automovilísticas (el Goodwood Revival está actualmente entre los más grandes eventos automovilísticos en el mundo).
A partir de este momento, Charles March ya no se dedica a la fotografía como un trabajo, sino que continúa practicándola para desarrollar un verdadero género: la fotografía meditativa.
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La fotografía meditativa de Charles March
La nueva fotografía de Charles March –muy lejos de la publicitaria practicada en los albores de su carrera- nace de una profunda introspección y no es un género que podamos definir “inmediato”.
Su modo de fotografiar es muy cercano a las sensaciones que se pueden experimentar escuchando música. Es una fotografía que “se siente”, cada uno en su propio interior y que involucra al usuario hasta invadir el pensamiento.
La de Marche es una fotografía que lleva a la mente a lugares sin confines en los cuales, cada uno puede reconocerse.
En la base de su estilo existe la voluntad de usar la cámara como un pincel, moviéndolo durante la exposición.
El resultado es una fotografía al límite entre realidad y sueño.
En las fotos de Charles March es evidente la influencia de los futuristas italianos Giacomo Balla y Umberto Boccioni, con su obsesión por el movimiento y la velocidad.
Pero curiosamente, March alcanza este sentido de velocidad a través de la lentitud. La suya, de hecho, es una información paciente, hecha de detalles y largas exposiciones. “Yendo a alta velocidad – afirma Mach – se tiende a enfocar sólo lo necesario”
Nature Tranlated – Los árboles de Charles March
Los árboles han tenido siempre un papel importante en la vida de Charles March, La serie Natured Traslated nace de una quieta observación de la propiedad de Goodwood. Las frondas de la finca familiar, que March ve y contempla todos los días, se convierten en una oportunidad para expresar el cambio lento e inexorable en la naturaleza.
La interpretación de un solo elemento (en este caso los árboles) llama la atención por la velocidad y la incisión típicas del dibujo a mano alzada.
En la obra de Lord March, la condición de la naturaleza es revelada con nuevos medios de expresión respecto a la fotografía tradicional. El movimiento de la cámara es similar a un pincel que da al autor la oportunidad de presentar el paisaje a través de sus movimientos inesperados, como un batir de alas o un leve crujido en las hojas.
Con esta serie de fotos, March busca interpretar la naturaleza en su continuo movimiento: durante el click del obturador.
La pasión de March por los árboles no se agota en la propiedad de Goodwood. El duque de Richmond ha fotografiado árboles en todo el mundo, por más de 5 años, sin particulares fines de divulgación.
Hasta 2010, el escritor, curador y crítico de arte inglés Edward Lucie-Smith le propuso exponerlos en su galería. Después del gran éxito obtenido, la muestra llegó a San Petersburgo, Moscú y New York.
Seascapes – El mar en las fotos de Charles March
Otro motivo muy querido a la fotografía de Charles March, si bien más reciente, es el mar. Esta serie también está impregnada por una sensación de indeterminación, compuesta de visiones y reflexiones que inducen a la meditación.
Los paisajes marítimos de Charles March están hechos de viento, arena y brisa marina: nada está expuesto de modo evidente en sus fotos, pero todo es perfectamente claro para el observador.
La vitalidad de la naturaleza y el perfume del mar vienen a nuestra mente abrumadoramente y permanecen allí por un largo tiempo, incluso después de la observación.
Las fotografías de la serie Seascapes evocan una especie de nostalgia que debe mucho al lenguaje del cine. En estos paisajes marinos, inmortalizados en una pequeña parte de la costa atlántica a lo largo de Eleuthera (Bahamas), March captura no sólo el mar, suni también la experiencia de verlo.
Si bien está en movimiento, para Charles March el mar no cambia nunca: es una especie de mirada hacia el infinito, una mirada hacia la tierra, una frontera invisible.
La de March es una reflexión sobre el sentido del límite, representado por el espacio entre la playa y el mar.