Si tuviésemos que dividir el mundo de los fotógrafos en categorías, personalmente los dividiría en fotoperiodistas y en fotógrafos-artistas.
Y Ernst Haas seguramente representa una joya del segundo set.
Dotado de una sensibilidad artística que sabía, gracias a personajes de su calibre, distinguir la cámara fotográfica del reportaje, Haas es el embajador de un género fotográfico que después de 50 años no deja de sorprender, fascinar e intrigar.
Como si este halo de vanguardia no fuera suficiente, su estilo se caracteriza por una simplicidad engañosa que oculta una habilidad técnica fruto de innumerables experimentos y una fineza que dura toda una vida.
Su fotografía es por lo tanto elaborada, pero sobre todo bellísima y placentera gracias a la simplicidad visual de las sensaciones que nos regala.
Descubramos entonces quien era Ernst Haas.
Haas, el fotógrafo de guerra
Ernst Haas nació en Viena el 2 de marzo de 1921. Ciudadano de origen hebreo no vivió bien los años que precedieron a la Segunda Guerra Mundial, ya que tuvo que abandonar sus estudios de medicina debido a las leyes raciales. Luego asistió al instituto gráfico en Viena, pero lo abandonó casi de inmediato.
Un poco por casualidad, un poco por suerte comenzó así a disfrutar la fotografía.
Sus primeras fotos retrataron las nefastas consecuencias del conflicto y el posconflicto, y despertaron un interés particular en su testimonio del regreso de los prisioneros de guerra.
“Dos fotos conmovedoras, inmortalizadas en Viena, en 1947. En la primera destaca un beso afectuoso entre la alegría y la conmoción de una esposa desesperada que abraza al marido. Mientras que en la segunda una madre busca a su hijo con sólo una foto como único método de orientación entre los miles de hombres y muchachos regresando trastornados del conflicto.”
Sin embargo, otras tomas, más genéricas, enmarcan un panorama donde el legado de conflicto contrasta fuertemente con el regreso a la vida cotidiana.
Ernst Haas: “Sunbathers”; Viena, 1946
“Esta foto, titulada Sunbathers es una de las más curiosas y vivaces representaciones de aquel periodo.”
Los trabajos amateurs de Haas fueron rápidamente notados por la revista americana Life, notoriamente ocupada con la actividad Foto-periodística que ya había colaborado con otros fotógrafos, entre los cuales el muy notorio Robert Capa.
En 1949 llegó la propuesta de colaboración para Haas al cual se le pidió entrar en los rangos de calidad de fotoperiodista para la revista.
La propuesta sin embargo fue declinada en nombre de la libertad de la cual el fotógrafo quería continuar gozando, pero esto no perjudicó la amistad con Capa el cual lo invitó formalmente a unirse a la célebre Agencia Magnum.
Ernst, que ya había adquirido una cierta fama y había estrechado profunda amistad con otros notorios fotógrafos de la época, Henri Cartier-Bresson y Werner Bischof por mencionar dos nombres importantes, decidió entonces iniciar esta colaboración, en nombre de la pasión que ya lo ligaba a su nuevo trabajo.
Amplió entonces el propio campo de interés, exportando el propio talento más allá de Austria. Sus obras comenzaron a desvincularse de los temas de la guerra, cada vez más inclinados hacia una visión de 360 grados de la vida interpretada en sus matices más dinámicos.
London Festival garden ostende, 1950.
Se fue entonces a España, Inglaterra, Alemania para después establecerse oficialmente en los Estados Unidos el inició de los años 50s.
Ernst Haas entre colores y movimiento
“Una formula es la muerte de todo (…) Y la cosa extraña, en la estética, es que incluso cuando uno tiene la impresión de tener una fórmula, exactamente lo contrario también es cierto. Pero de los pintores, aprendemos que si tales fórmulas existen, también podemos romperlas. Puedes encontrar maneras maravillosas de unir colores. Si vienes a una fórmula, debes intentar revocar “.- Ernst Haas
Precisamente en los Estados Unidos Ernst Haas comienza a abordar los primeros experimentos con el color en su fotografía, canónicamente en blanco y negro.
La búsqueda del color, interpretada por el fotógrafo como una verdadera revolución, abordará con ella a la del movimiento.
Comienza así la nueva fase de la carrera de Haas que verá al fotógrafo tomar una filosofía fotográfica completamente nueva hecha de luces, reflejos y desenfoques.
Esta nueva fase fue inaugurada por un servicio de veinticuatro fotos que será publicado en la revista Life con el título “Imágenes de una ciudad mágica”.
Ernst Haas: New York Clouds, 1957
En este periodo Haas inaugurará la fase más productiva y colaborativa de su carrera: serán numerosos los servicios publicados por las revistas más importantes del sector, las que acumulan el recorrido de numerosos rostros famosos del mundo de la película.
Los experimentos con el color y el movimiento, innovativos y revolucionarios, contribuirán a redefinir los cánones de la fotografía moderna, contrapuesta a la clásica en blanco y negro.
Porque Ernst Haas toma con extrema seriedad este reto, y sus experimentos representan mucho más que una adición de color a los tonos grises.
Al contrario, él sostiene que la fotografía a color requiere una dimensión interpretativa, un ojo, una sensibilidad completamente nuevos.
Porque la realidad, impresionada por sus tonos originales, es capaz de transmitir mensajes diferentes y por lo tanto es inmortalizada de manera diversa. Los que primero eran matices de gris para Haas se transforman en una nueva gama de colores más variada, que expande ulteriormente la libertad y la imaginación de una persona que rechazaba los vínculos.
Y no sólo los vínculos técnicos sino también los formales.
Ernst Haas rechaza las reglas de la forma, se hace guiar por el instinto y por la creatividad y rápidamente se vuelve maestro de su género único de fotografía.
Ernst Haas: una nueva foto que retrata a un matador, 1956. Esta vez interpretada en la nueva clave estética del fotógrafo.
La máxima de Haas pide al fotógrafo olvidar lo que lo rodea para aprender de nuevo, para liberarse de los prejuicios, las lecciones, los axiomas y los títulos que terminan por limitar fuertemente la capacidad de expresión.
El nuevo ojo de Ernst busca atrapar el color y el movimiento para inmortalizar un segundo de pura fuerza motriz, vital, en una sola foto.
“No debemos dejar de preguntarnos por qué, buscando algún significado oculto, sino simplemente apreciar la majestuosidad y el poder de este capítulo fotográfico. Tráfico”.
Entre el impresionismo y el futurismo, Haas no se abandonará por completo en la búsqueda del “caos”, pero a menudo volverá a los sujetos que, aunque de alguna manera siguen sus fotos “más extremas”, en general pintan un cuadro armonioso y pacífico.
La carrera de Ernst Haas no será entonces consagrada por una vena artística (cosa que él mismo no habría nunca tolerado) ni siquiera en la búsqueda de un mensaje, de un significado. Más bien a la apreciación de una nueva belleza, de una nueva armonía, matiz, modernidad.
Ernst Haas nos abandonará a sólo 65 años, en 1986, sin embargo su espíritu vanguardista recoge todavía hoy encanto y admiración.
Conclusión
“Una imagen es la expresión de una impresión. Si lo bello no estaba en nosotros, cómo podríamos reconocerlo?”- Ernst Haas
Con Haas hicimos un torbellino de colores y estoy seguro de que habrás apreciado la belleza pura de sus fotos.
Si quisiésemos aprender algo de este fotógrafo entonces por qué no hablar de su rebelión de los cánones, de los limites?
Haas practicaba la fotografía como un artista: impresionista, emotiva. Una catarsis que se traduce en cada una de sus fotos.
Pero no se limitaba sólo a esto.
Ernst Haas no fue “uno de tantos” porque tuvo el valor de involucrarse y de poner en duda el credo que antes sujetaba la fotografía al instrumento del reportaje.
Cierto, practicó ambos y no “hizo la revolución” él solo, pero supo demostrar ser único en su género y por esto es que, no obstante los tentativos de imitación, él permanece todavía hoy una de las mejores firmas de la fotografía contemporánea.
Entonces quizá tendrías que intentar a hacerlo precisamente así: si buscas el arte en tus fotos, intenta dejar que sea tu instinto a guiarte, busca ser exuberante y sobre todo captura lo que te apasiona y emociona.
Hasta el próximo artículo!