May 16

Una lección de fotografía de Michael Freeman

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Con más de 4 millones de copias vendidasen todo el mundo y más de 60 títulos publicados a su nombre, entre los cuales el bestseller “El ojo del fotógrafo”, Michael Freeman se confirma como uno de los expertos de fotografía más productivos de siempre.

Nacido en Inglaterra en 1945, se fascina con el arte de la creación de imágenes desde la adolescencia.

En una época en la cual las cámaras fotográficas digitales eran sólo una utopía, todo era impreso en una película: cada instante, cada viaje, detalle o retrato venía a la luz desde la oscuridad de un cuarto oscuro. En aquel momento nacía la verdadera magia, una sensación que los fotógrafos contemporáneos sólo pueden imaginar pero que en cambio hacia sentir a Michael vivo como nunca.

La familia de Freeman, no la pensaba de la misma manera e hizo presión a fin de que el hijo se inscribiera en la prestigiosa Universidad de Oxford, con el objetivo de construirse un futuro sólido desde el punto de vista profesional. Es así que Michael inicia a estudiar Geografía y Antropología: todavía no lo sabe, pero esta elección se revelará muy adecuada para su carrera como fotógrafo.

Aprender a leer los lugares y a las personas le permitirá desarrollar una mirada única y consciente del mundo que lo rodea, logrando capturar todos los pequeños matices.

Después de graduarse, Michael Freeman comienza a trabajar en el sector de la publicidad para una agencia de nombre Benton & Bowles, y es precisamente en este periodo que su nunca apagada vocación por la fotografía regresa de modo abrumador.

A este punto Freeman no puede seguir ignorándola y decide pedir dos meses y medio de permiso para recorrer el Río Amazonas con su Hasslblads de segunda mano. Este viaje representa un giro decisivo en la vida de Micha Freeman: sus fotos despiertan el interés de la casa editorial Time-Life, que las elige para ser la portada de una serie de libros por salir dedicados precisamente al Amazonas. Ya está hecho, finalmente el sueño se hizo realidad. Michael renuncia a la agencia de publicidad y da sus primeros pasos como profesional en el mundo de la fotografía.

La larga colaboración de Freeman con el Smithsonian

Así inicia para Freeman una gran carrera como foto-reportero, que lo lleva a viajar a lo largo de países como Sudán, Colombia, Camboya y todo el Sudoeste Asiático.

El objetivo de cada etapa es documentar el estilo y las condiciones de vida de algunos pueblos esparcidos en los ángulos más pobres y difíciles del globo: la casa editorial Time-Life por ejemplo, lo envía por tres meses a la frontera entre Tailandia y Birmania para fotografiar a los Akha, una minoría étnica local.

En 1989 fue el turno de Camboya, un país en ese momento destrozado por la guerra civil. Freeman está allí para fotografiar las ruinas de Angkor Wat, y recoge tanto material que luego puede publicar 5 volúmenes sobre el tema.

Fiel a su formación de antropólogo, cuando viaja Michael Freeman busca sumergirse totalmente en la cultura del país que lo aloja. Observa los usos y costumbres locales, aprende las expresiones lingüísticas más usadas, hace todas las preguntas posibles para entrar en contacto con la gente del lugar.

Come incluso con ellos cada vez que puede, porque piensa que el momento de compartir la comida es uno de los más importantes para entender a fondo cualquier cultura. La curiosidad antropológica es el ingrediente secreto de sus fotos, que retratan la cotidianita de personas y lugares esparcidos en cada ángulo del planeta.

Las fotografías de Michael Freeman son publicadas por las más importantes revistas internacionales, la primera de todas fue la del Smithsonian Institution, o el museo y centro de investigación más grande del mundo. La sede principal se encuentra en Washington, pero el instituto gestiona también diversos museos y galerías en otros estados americanos, entre los cuales New York, Virginia y Panamá. En el curso de una colaboración que duró cerca de 30 años, la sede publica cerca de 40 artículos firmados por el célebre fotógrafo, un signo de estima mutua y compartir los mismos puntos de vista.

Más allá de la técnica: Michael Freeman y la pasión por la enseñanza

Existen tantas personas allá afuera que todavía no saben que poseen un talento particular, o una simple predisposición hacia un arte como la fotografía o disciplinas similares. Quizá todavía no han encontrado el modo de expresarse, o no realmente no saben cómo hacer salir lo que tienen dentro.

Gracias a su experiencia, Freeman entiende que a veces basta poco para crear las condiciones adecuadas y encender el fuego de la creatividad en quien ya lo posee. Es por esto que dedica gran parte de su carrera y su tiempo a la enseñanza de la fotografía, para guiar a los fanáticos a lo largo de un camino de transformación que él mismo antes emprendió.

Si estilo es formal, clásico, rico en explicaciones detalladas sobre diversos conceptos y elementos clave de la fotografía. Tiende a utilizar un lenguaje elaborado, a veces complejo, y parece hacerlo casi de manera intencional, como para filtrar a su público y dasalentar a quien, a la fotografía, la ve sólo como un “hobby”.

Michel Freeman ha publicado más de 60 libros sobre el tema de la fotografía y tiene varios cursos y talleres en línea organizados principalmente en el sudeste asiático, un destino especialmente querido para él.

“La instrucción es el modo en el cual las personas crecen, en todos los ámbitos. Por esto es tan importante”, sostiene el fotógrafo.

Una convicción que lo lleva a dedicar mucho tiempo en el perfeccionamiento de sus cursos, en manera de ofrecer sólo lo mejor a los estudiantes. Algo saben los chicos del British Open College of the Arts, la universidad británica donde Freeman imparte un curso a distancia precisamente sobre fotografía.

El ojo del fotógrafo, el libro best seller de Micael Freeman

Entre todos los libros escritos por el célebre artista, “El ojo del fotógrafo” es sin duda considerado su obra maestra.

Este libro no es adecuado para principiantes: no es un manual de técnica fotográfica, no explica cómo funciona el diafragma ni cuáles parámetros regular para obtener buenas imágenes.

Quien está buscando un libro para aprender a fotografiar, haría mejor en adquirir “El libro de la fotografía digital” de Scott Kelby, que es también el manual más vendido de la historia. El estilo de Kelby es más informal, directo y simple respecto al de Freeman, y se dirige al lector como si este fuese un amigo y compañero de salidas fotográficas que tiene todavía que aprender a encender la cámara.

Freeman por su parte, concibe la fotografía como un verdadero arte. “El ojo del fotógrafo” es un himno a la composición y a sus diversos elementos: el encuadre, los objetos presentes en la escena.

Se concentra el lo que sucede antes de la verdadera toma, en la importancia de saber leer el espacio que nos rodea y de planificar en detalle la imagen que tenemos en la cabeza.

“La mayor parte de las personas que usan una cámara digital por primera vez, buscan aprender a usar los diferentes comandos dejando a un lado las ideas. Toman siguiendo al instinto, según lo que les gusta, sin preguntarse el por qué. Y encuadran la escena en consecuencia”. Con este libro, Michael Freeman quiere atraer la atención del lector en la importancia de la composición: qué mejor modo de hacerlo sino escribiendo un manual entero sobre el tema?

El libro está dividido en 6 capítulos, cada uno dedicado a un argumento en específico:

  1. El encuadre: cómo llenarla, cómo alinear el horizonte, focus en los cortes y las dinámicas creativas
  2. Las bases del diseño: en este capítulo están secciones dedicadas al contraste, a la textura, al equilibrio cromático y mucho más
  3. Elementos gráficos y fotográficos: líneas horizontales, verticales y diagonales. Las curvas, el focus, la exposición y mucho más
  4. Componer con la luz y el color (incluida una sección sobre el blanco y negro)
  5. Intento: un capítulo que se propone indagar los motivos que están en la base de una toma.
  6. Proceso creativo: la búsqueda del orden, de la contraposición y de la anticipación.

El objetivo del libro no es tanto el de enseñar al lector las reglas para una óptima composición, sino el de estimular en él preguntas e interrogativas con respectos a los motivos propios y modo de fotografiar.

“El ojo del fotógrafo” forma parte de una serie de manuales dedicados a la fotografía escritos por Michael Freeman, junto a otros títulos importantes como: “La mente del fotógrafo”, “Capturing Light- La esencia de la fotografía”, “Capturing the momento- la Esencia de la fotografía”. Todos apuntan a que el aspirante a fotógrafo reflexione sobre los aspectos filosóficos, psicológicos y personales de este arte, a partir del cual es posible extraer valiosas enseñanzas que van más allá de la técnica pura y simple.

Si estás dando los primeros pasos en el mundo de la fotografía, te recomiendo dar una ojeada a las obras de Michael Freeman. Estoy segura que, al final de la lectura, habrás aprendido una nueva manera de leer las imágenes más consciente y completa, que te permitirá hacer el salto de calidad tan deseado.


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